Combinando creatividad y aprendizaje, Talita Dornelles dos Santos, estudiante de Moda, transforma la teoría en práctica al desarrollar su propio diseño para su boda

Hacer realidad el sueño de una boda perfecta es el deseo de muchas parejas. En el caso de Talita Dornelles dos Santos, estudiante de Diseño de Moda en la Universidad Feevale, este sueño se está tejiendo, literalmente, en el Laboratorio de Moda de la institución. Con dedicación, investigación y mucho amor, Talita decidió confeccionar su propio vestido de novia, transformando el proyecto en una experiencia de aprendizaje única y de gran significado personal.

“La idea de hacer mi propio vestido de novia surgió de forma muy natural. Siempre me ha gustado darle un toque personal a la ropa que uso para eventos, así que mi boda no iba a ser diferente. Pensé: ‘¿Por qué no intentar hacer mi propio vestido?’”, dice Talita.

A pesar de no tener mucha experiencia en costura, la estudiante decidió aceptar el reto. Explica que esta es la primera vez que confecciona un vestido tan elaborado, aunque ha participado en proyectos y concursos en el ámbito de la moda. “Antes, me centraba más en el diseño y la selección de materiales. Ahora, coser de verdad es la primera vez que me ensucio las manos así”, comenta.

Un Cuento de Hadas con un Toque Personal

La principal inspiración para el vestido proviene de Cenicienta, pero Talita recalca que no es una reproducción literal. “Queríamos algo que capturara la esencia del cuento, con brillo, volumen y delicadeza, pero sin perder el toque personal”, explica. Entre las decisiones que hacen único el diseño está el color: el vestido será rosa, un tono que refleja la personalidad de la novia.

Para su creación, está aplicando lo aprendido en clase y complementándolo con su propia investigación. “No utilicé materiales muy caros; busqué telas asequibles, dentro de mi presupuesto, y estoy muy contenta con el resultado”, afirma. El proceso, según ella, también ha sido un ejercicio de autoconfianza y desarrollo profesional.

Al principio del curso, jamás imaginé que sería capaz de coser un vestido de novia. Siempre me había sentido más atraída por el estilismo y el diseño de vestuario que por el patronaje y la costura. Pero este proyecto me demostró que, efectivamente, puedo confeccionar una prenda completa si es necesario. Para hacer realidad su sueño, Talita contó con el apoyo de su compañera Julia Benchaya, también estudiante de Moda.

Ambas trabajaron juntas en todo el patronaje y se reparten las etapas de costura. “Julia ha sido mi hada madrina. Algunas partes más complejas, como las mangas abullonadas, supusieron un reto en sí mismas, pero han sido una gran oportunidad para poner en práctica lo que aprendemos en la universidad”, comenta Talita.

El Laboratorio de Moda Feevale ha sido un espacio fundamental en este proceso, ya que ofrece una estructura y un equipamiento profesionales que permiten a los estudiantes explorar sus habilidades en la creación y confección de prendas.

El prometido de Talita, Eduardo Seibert Link, también forma parte de la comunidad académica de Feevale; cursa el cuarto semestre de Diseño Gráfico y contribuye creativamente al proyecto. Link es responsable de toda la identidad visual de la boda, desde las invitaciones hasta los detalles gráficos de la ceremonia.

“Desde que nos comprometimos, Talita y yo nos propusimos un objetivo claro: tener una celebración única. Queríamos una boda que nos representara tanto que fuera imposible que hubiera otra igual”, comenta Link.

“Por eso aceptamos el reto de imprimir nuestro sello personal en cada detalle. Talita, que proviene del mundo de la moda, se involucró diseñando su propio vestido. Yo, con mi formación en Diseño Gráfico, creé toda la identidad visual de nuestra unión, que culminó en nuestro proyecto más ambicioso: una revista exclusiva sobre la boda”. Según Eduardo, el proyecto también ha sido una oportunidad práctica para aplicar los conocimientos adquiridos en asignaturas como Lenguaje Visual y Creación y Producción Gráfica, combinando emoción y aprendizaje con un mismo propósito.

Para Talita, el vestido es mucho más que una simple prenda. Simboliza su trayectoria académica, personal y emocional, reflejando su crecimiento como estudiante y profesional. “Llevar un vestido que yo misma confeccioné en un día tan importante significa muchísimo. Es la realización de un sueño y también una forma de mostrar mi evolución. Es hermoso ver a mi familia orgullosa y comprendiendo mejor lo que hago y lo mucho que este proceso significa para mí”, comenta.

Al ingresar a Feevale en 2022, Talita jamás imaginó que, unos años después, estaría confeccionando su propio vestido de novia dentro de la universidad. Reconoce el valor de esta experiencia: “Confeccionar mi vestido aquí, con el apoyo de compañeros y profesores, es algo que atesoraré para siempre. Es el cierre perfecto de una etapa y el comienzo de otra, aún más especial”, concluye.